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La importancia de la lateralidad en el desarrollo de niños y niñas

“Cada vez son menos las posibilidades que tienen los niños y niñas de desarrollar sus destrezas motoras (finas y gruesas). Circunstancias de vivienda, seguridad, tecnología, rapidez y facilidad, hacen que el trabajo docente deba ser más eficiente y enfocado a la realización de actividades que potencialicen las destrezas motoras”, apunta Nancy Canó, Sub-Directora del Colegio Bilingüe New Horizons.

El cerebro humano tiene dos hemisferios, derecho e izquierdo. En la mayoría de las personas el hemisferio izquierdo es el dominante y determina que la persona sea diestra.  El objetivo de la dominancia lateral es que uno de los hemisferios sea el que dirija o controle los procesos mentales.

¿Desde qué edad podemos definir la dominancia de un niño o niña?

Podemos tener indicadores de la dominancia desde que el niño empieza a voltearse, por el lado hacia el cual se voltea primero o al agarrar objetos, por la mano con la cual lo toma primero. No obstante, antes de los tres años es normal que no haya una dominancia definida y que el niño/niña experimente con ambos lados de su cuerpo.

La lateralidad cruzada es cuando el predominio de la mano, del ojo, del oído o del pie no se ubica en el mismo lado del cuerpo que los demás miembros.  En la lateralidad cruzada, los dos hemisferios compiten o cooperan en las diferentes funciones, con predominancia definida o sin esta (ambidextro). 

Según, Nancy Canó, Sub-Directora del Colegio Bilingüe New Horizons, todo esto, puede producir una falta de coordinación motora, que hace que la persona no tenga precisión de sus movimientos y la orientación espacial se vuelve confusa.  No todos los niños y niñas que tienen lateralidad cruzada presentan dificultades de aprendizaje, pero si es muy probable que presenten mayor probabilidad de evidenciar alguna de estas condiciones:

En procesos y práctica escolar:

  • Lee muy lento y con pausas.  Se pierde a menudo y le falta ritmo al leer.
  • Dificultades para organizar espacio y tiempo.
  • Confusión para situar izquierda o derecha (que dificulta procesos matemáticos y de lecto-escritura).
  • Inversión en la escritura de números y letras.

A nivel psicológico:

  • Dificultad de atención.
  • Desmotivación.
  • Irritabilidad, inhibición, desesperanza.

En la lateralidad mixta las personas presentan heterogeneidad en alguna o algunas de las cuatro áreas; es decir algunas actividades las realizan con un lado y otras con el otro. Usualmente, las más notables son las referidas a las manos. Por ejemplo, la persona puede escribir con la mano izquierda, pero utiliza la derecha para tomar objetos y/o cambia de mano al realizar una actividad.

Ejercicios rápidos para darnos cuenta de la lateralidad del niño/a:

Lateralidad Manual:

  • Destapar una botella/frasco: pedir al niño/a que desenrosque la tapa
  • Usar una cuchara: pedir al niño/a que coja una cuchara y realice el gesto de comer.
  • Recortar un dibujo: dar al niño/a unas tijeras para que recorte un dibujo.
  • Realizar ejercicios: coser, ensartar, martillar, atornillar, destornillar, cepillarse los dientes.

Lateralidad Ocular:

  • Mirar por un catalejo: hacer que el niño/a mire a través de un catalejo o de un tubo un punto determinado, si al guiñar o taparle nosotros el ojo no le desaparece el punto que miraba, podemos decir que ese es el ojo dominante.

Lateralidad Podal:

  • Saltar con un sólo pie: mandar al niño/a a saltar varias veces con un mismo pie. El pie sobre el que salta es el dominante.
  • Patear un balón: pedir al niño/a que le dé una patada al balón. El pie que emplea para dar la patada será el dominante.
  • Levantarse desde las rodillas: pedir al niño/a que se levante desde la posición de rodillas. El pie con el que se levanta será el dominante.

Lateralidad Auditiva:

  • Escuchar el reloj: dar al niño/a un reloj para escuchar el tic –tac. El oído con el que se acerca el reloj a escuchar será el oído dominante.
  • Hablar por teléfono: pedir al niño/a que coja uno de los tubitos con una cuerda en forma de teléfono, se imita estar hablando por teléfono, de modo que el oído donde se ponga el tubito es el oído dominante.

Para lograr una mayor eficacia en todo lo que hacemos, es preciso tener una lateralidad bien establecida. El apoyo de los padres en la casa, es vital para dar continuidad al  trabajo realizado por las educadoras en los salones de clases.

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